Diagnóstico de la celiaquía

Actualmente, el diagnóstico de la celiaquía debe basarse en un conjunto de parámetros. Estos están relacionados entre sí y ninguno se decisorio por sí mismo de forma aislada.

Cada persona es un caso clínico particular y nos podemos encontrar en circunstancias muy diferentes. Por lo tanto el diagnóstico de la celiaquía puede basarse en estos aspectos o criterios:

  • Presencia de síntomas clínicos sugestivos de la enfermedad celíaca, aunque no necesariamente presentes.
  • Presencia de marcadores serológicos de la enfermedad en el análisis de sangre.
  • Lesión compatible con la enfermedad celíaca en la biopsia intestinal.
  • Mejora de los síntomas clínicos (si las hubiera) con la dieta sin gluten.
  • Normalización de los resultados del análisis de sangre con la desaparición de los marcadores serológicos de la enfermedad celíaca con la dieta sin gluten.
  • Presencia de los marcadores de predisposición genética (HLA-DQ2)
  • Existencia de algún familiar diagnosticado previamente de la enfermedad celíaca.
  • El hecho de que el paciente esté afectado por alguna de las enfermedades asociadas a la celiaquía.
  • No todos los parámetros tienen el mismo valor para establecer el diagnóstico.
  • La ausencia de los síntomas clínicos o de los marcadores serológicos no excluyen la posibilidad de la enfermedad. En cambio, la ausencia de lesión intestinal sí.

La biopsia intestinal como diagnóstico de la celiaquía

El diagnóstico de la enfermedad celíaca no se puede aceptar sin demostrar la existencia de alteraciones de la mucosa intestinal. Para descartar o confirmar enfermedad, se debe hacer una biopsia.

Para poder llevarla a cabo, el paciente debe seguir una dieta normal, con gluten, para que se puedan valorar las pruebas correctamente. El inicio de la dieta sin gluten nunca puede ir antes de la biopsia intestinal.

Las vellosidades del intestino, que son prolongaciones de la mucosa intestinal, dan más superficie de contacto con el fin de absorber los nutrientes de forma correcta. En los tramos del duodeno y yeyuno (primeras porciones tras el estómago) las vellosidades son delgadas, alargadas y están recubiertas por una capa de células intestinales, los enterocitos.

Entre esta capa de enterocitos (Epitelio intestinal) circulan unas células especializadas en la defensa de el organismo (sistema inmunológico), los linfocitos. La cantidad de estos linfocitos intra-epiteliales (LIE) se puede contabilizar y permite saber el grado de inflamación intestinal que tiene un paciente.